1 mayo. De los mártires de Chicago a Ramón Acín.

Las centrales anarcosindicales oscenses mostraron su fuerza en el 1 de mayo.

Desde CNT organizamos junto con CGT un 1 de mayo en Huesca distinguido por una manifestación que superó en número a la de los sindicatos mal llamados mayoritarios y toda una jornada de actos en un lugar muy simbólico para Huesca, el monumento de las pajaritas de Ramón Acín, recuperando el significado revolucionario de este símbolo oscense.


Tanto la manifestación, como el teatro y los conciertos en el monumento de las pajaritas mostraron la revitalización del anarcosindicalismo en la ciudad, que recuperó la calle por la conmemoración a los mártires de Chicago y el recuerdo a Ramón Acín, animándonos a las que queremos un mundo nuevo a seguir organizándonos y trabajando día a día.


En este siglo de ideologías e ideales desdibujados, donde el 1 de mayo parece solo un día festivo más que el día de la clase obrera y a casi 150 años de los mártires de Chicago, sindicalistas anarquistas que pusieron el cuerpo para conquistar las “ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio y ocho horas de sueño”,  la CNT y la CGT reivindicaron la jornada de 30 horas semanales y el trabajo sindical como una herramienta más necesaria que nunca para seguir arrancando derechos para la clase trabajadora. 
El manifiesto de la CNT incidió en la necesidad de organizarse y en el modelo de las secciones sindicales como proyección delos valores del apoyo mutuo, la solidaridad y la acción directa en las empresas. Un modelo de hacer sindicalismo que se va extendiendo y que ha hecho crecer al sindicato significativamente en el último año.


Tras la lectura de los manifiestos, se continuó con una obra de teatro de Sandra Lanuza y Vic Crespo inspirada también en las pajaritas que fue tocando temas de actualidad como el problema de la vivienda, o el uso de la IA, contando también con la bonita participación del público que se animó a aportar sus propias pajaritas de papel. 


Después llegó el turno de los conciertos, donde A. Matraka y Viki Lafuente reversionarón canciones revolucionarias con ritmos y voces nuevas. Escuchar canciones míticas obreras en el bonito marco del parque y las pajaritas nos emocionó a mas de una.  Luego llegó el turno del rap político y combativo con Manu Haller, y el jovencísimo Zorro Negro. Versos como el de «vivir luchando persiguiendo una quimera»  de la canción «alma guerrera»  nos recordaron el porqué estábamos allí, así como las luchas que hoy están marcando nuestro Aragón como la de Canal Roya. Finalmente llegó el turno de Rural Pogo DJ, quién animó el fin de los actos haciendo que se sumaran más curiosos al evento y alargando el 1 de mayo hasta pasadas las 20h de la tarde.  


Queremos agradecer a la CGT por organizar juntas esta jornada, a todas las personas que apoyaron la manifestación, a todas las artistas que trajeron su arte para compartirlo. Fue precioso escucharos con las pajaritas protegiendo vuestra espalda. Como si fuéramos las herederas directas de todas las anarquistas que agitaron las conciencias hace casi 100 años, seguiremos haciéndolo. Seguiremos abriendo huella para construir un mundo más justo e igualitario, sembrando el germen de la revolución social. Hoy igual, o más, necesaria que hace 100 años.


Aunque algunos interesadamente argumentan que las sociedades modernas han evolucionado más allá de las divisiones de clase, las desigualdades económicas y sociales persisten y continúan generando conflictos. Nosotras, las anarcosindicalistas, advertimos que este capitalismo tardío, cada vez más violento con la clase trabajadora no dejará espacio posible para la vidasino luchamos y nos organizamos para construir alternativas.


En el mundo contemporáneo, la lucha de clases se manifiesta de diversas maneras, adaptándose a las dinámicas cambiantes de la globalización, la tecnología y la política. Uno de los aspectos más prominentes de esta lucha es la brecha cada vez mayor entre ricos y pobres. 


Sin olvidar el origen colonial de toda la acumulación de capital de los últimos 500 años, organizando el mundo en un “Norte” donde la vida es cómoda y el acceso a los recursos abundante, y un “Sur” explotado donde las empresas y países occidentales extractivistas roban los recursos a su gente. Este sistema capitalista ha sido fundado sobre las vidas de las personas racializadas esclavizadas y desplazadas de sus hogares para la obtención de recursos y tierras de cultivo, también sobre las vidas de la clase obrera europea que levantaron la revolución industrial en situación de semiesclavitud. Todos los logros de nuestros antepasados sindicalistas penden de un hilo, y poco a poco vemos como vamos perdiendo derechos que costó sangre conquistar.


Además de las disparidades económicas, la lucha de clases en 2024 también se manifiesta en la esfera política y cultural. En muchos países, vemos un aumento en la polarización y la radicalización, con movimientos de ultraderecha y nacionalistas que explotan las divisiones de la clase trabajadora para avanzar en sus agendas. Estas divisiones se reflejan en debates sobre inmigración, derechos laborales, acceso a la vivienda y otros temas cruciales.


En un momento en el que los derechos laborales y la dignidad de los trabajadores siguen siendo desafiados en todo el mundo, ejemplos de vida como la de Ramón Acín y la trascendencia del 1 de mayo adquieren una relevancia aún mayor. Es necesario recordar y honrar a aquellos que dedicaron sus vidas a la lucha por un mundo más justo y equitativo, y seguir trabajando juntos para hacer realidad su visión de un futuro mejor para todos. La vida y  sacrificio de Ramón Acín o de los mártires de Chicago  nos enseñan que la lucha por la justicia social y la igualdad es una empresa continua, que requiere valentía, compromiso y solidaridad.


El icono de las pajaritas, sobreviviente a una dictadura, nos recuerda que incluso en los momentos más oscuros de la historia, la creatividad, la valentía y la solidaridad pueden brillar con fuerza. A través de pequeños gestos de resistencia y humanidad,  podemos desafiar las injusticias y sembrar semillas de cambio y esperanza en el mundo. Así, las pajaritas protagonistas de este 1 de mayo perduran como un recordatorio de la importancia de mantener vivos nuestros ideales y nuestra capacidad para hacer frente a la adversidad con ingenio y coraje. En un mundo marcado por la injusticia y la desigualdad, nunca debemos subestimar el poder transformador de un simple gesto de solidaridad.
Este 1 de mayo las anarcosindicalistas salimos a la calle, como cada año, para recordar que aunque parezcamos pocas somos incansables.

Seguiremos trabajando como hormigas, organizándonos, luchando para conquistar los derechos de todas las trabajadoras y trabajadores, porque, como decía el video promocional de CNT Huesca para este 1 de mayo; «lo hicimos, lo hacemos y lo seguiremos haciendo. El guion lo escribimos nosotras, la clase trabajadora»