“Están totalmente prohibidos los actos políticos de toda clase.
No se le puede ceder ni a sindicatos, ni a asociaciones sociopolíticas.”
Hace dos semanas, desde CNT Huesca solicitamos al Ayuntamiento poder hacer uso del Salón Azul del Casino -Reglamento de uso aquí1-, espacio municipal que pensamos que podría albergar unas Jornadas de Ecología social que tendrán lugar en marzo. Se le comunicó la temática -la defensa del territorio frente al extractivismo- a la persona responsable de la gestión de las reservas de la sala e inicialmente no hubo problema pero, una vez tramitada la petición, la respuesta que el Círculo Oscense nos dio por correo electrónico fue: “(…) le informo que en los salones y espacios del Casino queda totalmente prohibido las manifestaciones de actos políticos de toda clase, por lo que no se le puede ceder los salones a ningún partido político, ni sindicatos, ni asociaciones sociopolíticos. Por lo que no se le autoriza el uso del Salón Azul”.
Una segunda llamada telefónica al mencionado responsable no clarificó la situación. “Oiga, en el Reglamento de uso ni siquiera se menciona a los sindicatos; en cuanto a lo de actos políticos de toda clase, no hay más que ver qué actividades se han organizado en los últimos tiempos para ver que esto no es así”. Por respuesta, lo mismo: “Es que no se pueden hacer actos de sindicatos, está prohibido, y vosotros tenéis en vuestra página web que sois un sindicato anarquista y claro, aquí no se puede hacer nada de política”.
Para empezar: como ya hemos dicho, el Reglamento regulador de la gestión de dicho espacio municipal ni siquiera menciona el término sindicato. Esta interpretación que hace el actual Ayuntamiento es restrictiva muy por encima de los límites de su propia regulación, regulación que saca a relucir interesadamente para intentar objetivar lo que no es sino un veto ideológico a una organización de trabajadores/as. Nos parece completamente injustificada esta actitud antisindical del Ayuntamiento, que ni está amparada en ningún documento, ni se sostiene de ninguna manera con sus propias leyes democráticas en la mano. Los sindicatos, por si a alguien se le olvida, somos asociaciones de trabajadores/as para luchar por nuestros intereses y derechos. Más allá del desprestigio experimentado por el término en los últimos años -por las corruptelas de algunos/as y por una cultura capitalista muy interesada en mostrar como anacrónico todo lo que huela a lucha obrera-, cabe recordar aquí que la CNT ni tiene ánimo de lucro, ni recibe subvenciones de ninguna clase, ni está alineada con ningún partido político o fin electoralista.
En cuanto a la presunta prohibición de cualquier acto político en el Salón Azul: por un lado, de la lectura del Reglamento se desprende claramente que la prohibición está relacionada con actos de partidos políticos/electorales (“reuniones de carácter político o de propaganda electoral”, “ARTÍCULO 3.- Habilitación del edificio como colegio electoral. (…) Ninguna dependencia del ‘Círculo Oscense’ podrá ser utilizada en ningún momento como sede de partidos y lugar para reuniones de carácter político o de propaganda electoral”), organizaciones con objetivos y medios que nada tienen que ver con aquéllos de asociaciones, movimientos sociales o sindicatos, que por democracia y pluralismo político sí deberían poder hacer uso de instalaciones públicas. El Salón Azul ya no es el antiguo Casino privado de Huesca, aunque al Ayuntamiento le pese.
Por otro lado, son incuantificables los actos de contenido político que, con buen criterio, se han desarrollado siempre en el Salón Azul de Huesca. El concepto ‘político’, cuando no viene acompañado del concepto ‘partido’, es tan amplio y expansivo que resulta difícil, por no decir imposible, deslindar lo que lo es de lo que no lo es, pudiendo encontrar en la programación del Salón Azul, desde siempre, actos que tienen un claro contenido político sin que sean electorales y sin que los hayan promovido partidos políticos. Ante esta realidad solo caben dos conclusiones no excluyentes: una, que se está vetando a las organizaciones sindicales sin causa ni amparo legal en el uso del Salón Azul; dos, que el actual Ayuntamiento está trazando, a su antojo y criterio ideológico, una línea imaginaria que separa lo que es político de lo que no lo es (¿es menos político un acto de Manos Unidas contra la pobreza en el mundo que unas jornadas del futuro de la energía?). Y lo hace escudándose en un Reglamento que claramente pretendió dejar al margen, únicamente, los actos que tuvieran que ver con la política institucional. Lo contrario sería tanto como afirmar que quienes aprobaron el Reglamento pretendían prohibir en ese espacio cualesquiera actos que tuvieran que ver con la historia, la geopolítica, la filosofía, el feminismo, la ecología o la corrupción, lo cual, aparte de carecer de sentido, es una aberración teniendo en cuenta que hablamos de un espacio que es de todos/as.
Que se le prohíba a la CNT organizar unas jornadas de ecología social en un espacio municipal es un mal precedente. Puede que incluso sea un indicador de hacia dónde vamos si no empezamos a reaccionar ante los desmanes de un Ayuntamiento que preferiría que el Salón Azul se cayera a pedazos antes que dejar que colectivos y asociaciones con propuestas de interés común lo utilizasen para generar un discurso contrario al suyo. Total, su electorado ya cuenta con los salones culturales de IberCaja, de la Cámara de Comercio, de la CEOS o de la Caja Rural para hacer lo propio. Otro indicador del posible futuro distópico hacia el que nos encaminamos en Huesca, un futuro en el que llevar a cabo actividades en espacios públicos se vuelve más y más difícil, lo tenemos en el proceder del Ayuntamiento en relación con un permiso solicitado, por el colectivo Huesca con Palestina, para realizar actividades solidarias con el pueblo palestino durante el sábado 17 de febrero en el parque Joaquin Roig: tras haber tenido esa solicitud encima de la mesa durante una semana, el día de antes del evento el Ayuntamiento ha denegado el permiso por no contar con seguro de responsabilidad civil.
Contra el borrado de la memoria de los movimientos sociales y sindicales, exijamos las calles, los parques, las asociaciones de vecinos/as, los centros cívicos y los centros culturales para poder realizar acciones que la preserven. Es nuestro derecho y es nuestra obligación. De momento y en relación con el Salón Azul, CNT Huesca interpondrá un escrito en el registro del Ayuntamiento en el que solicitará una respuesta más detallada del porqué del veto a organizaciones sindicales y sociopolíticas, así como una definición algo más aclaratoria de lo que el actual Ayuntamiento considera un acto político.
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1. https://www.huesca.es/c/document_library/get_file?uuid=5aa11568-13d8-9509-b83aa50bfb4d2786&groupId=20126