Crónica de una nueva concentración contra Dibus



Como es habitual desde que comenzó el conflicto, el viernes pasado (18 de enero), un@s 30 compañer@s solidari@s con Carlos y dispuest@s a no permitir que situaciones de explotación descarada como la que se da en Dibus queden sin respuesta, nos dimos cita ante las puertas de este infame negocio para, como siempre, repartir aproximadamente un millar de octavillas y gritar en voz bien alta lo que la dirección de la empresa hace con sus empleados.

Una vez más, tuvimos que soportar el constante abuso de autoridad al que desde la Delegación del Gobierno se nos viene sometiendo desde hace ya un mes. Así pues, mientras duró el acto (que había sido expresamente prohibido por las autoridades), de nuevo la Policía identificó y grabó a quienes estábamos allí pidiendo justicia. No obstante, lejos de minar nuestra moral, esto sirvió para espolear nuestros ánimos, por lo que desplegamos dos pancartas, y durante más de dos horas, pudieron oírse en los aledaños cánticos como: "Dibus estafa a sus trabajadores", "Boicot, boicot, boicot a Dibus", "Haga frío o haga calor, siempre estaremos contra el patrón", etcétera.

Es de reseñar que, a pesar de las ingentes cantidades de dinero que desde la empresa han gastado para comprar a la opinión pública (con anuncios a toda página en la prensa local el día de reyes, con engaños a sus propios trabajadores y con carteles en los escaparates de su tienda haciéndose las víctimas), la gran mayoría de l@s viandantes mostraron una vez más su solidaridad para con el compañero afectado y el Sindicato en su conjunto, animándonos a que siguiéramos hasta conseguir la readmisión, o haciendo comentarios en el sentido de que todos los empresarios son una lacra.

Por último, añadimos también que esta vez, a diferencia de las anteriores, no tuvimos que soportar las provocaciones de la empresa, ya que en ocasiones previas el Sr. Laureano y otr@s jefezuel@s del lugar se habían dedicado a, siempre detrás de sus inestimables Policías Nacionales, insultarnos y hacernos fotos según les venía en gana, con un descaro inaudito, esperando quizá una respuesta por nuestra parte, que nunca se produjo. Esta vez, muy al contrario, no hubo señales de vida dentro de la empresa… quizá se estén dando cuenta por fin de que el conflicto no acabará hasta que no cedan a las exigencias de Carlos, es decir, hasta que no lo readmitan.

 

 

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