CNT ACUERDA EN SU XII CONGRESO QUE LA PROSTITUCIÓN NO PUEDE CONSIDERARSE UN TRABAJO

En el XII Congreso de la CNT celebrado el pasado diciembre en Canovelles se acordó, como una de las finalidades de la Confederación, la erradicación de la prostitución no considerándose un trabajo más para el cual obtener mejoras. Esto nos afianza un paso más en nuestros objetivos de luchar contra la problemática que sufre la mujer de clase obrera en esta sociedad patriarcal.   

Desde CNT Zaragoza queremos reivindicar dicho acuerdo en la jornada de lucha del 8M, Día de la Mujer Trabajadora, por nuestra dignidad como mujeres y trabajadoras:    

“Hay tres formas de subsistencia históricamente atravesadas por el género: el matrimonio, el trabajo del hogar y la prostitución. Las tres tienen sus raíces en el patriarcado, en las mujeres entendidas como propiedad privada de los hombres, y han ido evolucionando de distintas maneras dependiendo de otros factores como la clase o la etnia. Como feministas tenemos clara la necesidad de abolir el matrimonio como medio de vida; entendemos también que las tareas del hogar deben estar repartidas entre géneros y que los cuidados deben darse en condiciones laborales óptimas. Aunque puede haber matices y debate, ni la postura sobre el matrimonio ni sobre el trabajo del hogar y los cuidados suscitan tanto debate ni enfrentamiento como la de la prostitución.  

Decíamos al principio que ha habido tres formas de subsistencia históricamente atravesadas por el género. Unos medios de subsistencia en el que el salario no siempre está claro, por lo que tampoco está claro en qué medida son trabajos. En muchos casos, en vez de salario o como complemento se perciben, por ejemplo, la comida, la casa, etc.         

La prostitución constituye un medio de vida que, desde el sindicato, se pretende erradicar. No se considera un trabajo para el que conseguir mejoras.        

Como parte de una estrategia de feministas de clase de la CNT, tomamos una serie de medidas sociales que faciliten esta transición:

  • Como sindicato podemos exigir a las instituciones una serie de medidas sociales para acabar con ella. Por ejemplo:  

Exigir a las instituciones dedicadas a reinsertar a las mujeres que han sido víctimas de trata que dejen de ser asistenciales, patriarcales y moralistas. Estas instituciones son financiadas con dinero público. Necesitan más fondos y mejor gestión.  

  • También es imprescindible, tanto para quienes han salido de las redes de trata como para quienes ejerzan la prostitución y quieran dejarla, promover que los trabajos que se les ofrecen como alternativa tengan mejores condiciones, así como que no sean siempre trabajos altamente feminizados. Por ejemplo, una alternativa que se propone desde las instituciones son los trabajos de cuidados como el de atención a domicilio, cuyas condiciones laborales son indignas. Promover mejores condiciones salariales en estos trabajos y más facilidades de acceso a los mismos para las mujeres que quieran dejar la prostitución deberían ser prioridad como sindicato. Exigimos al ministerio de trabajo un plan de reinserción sociolaboral a la altura, con facilidades, financiación y ofertas de trabajo dignas.  

    En cuanto a las mujeres que ejercen por cuenta propia, entendemos que son una minoría y, por tanto, no el grueso del problema. Las mujeres trans en situaciones más precarias también se encuentran en muchos casos asociadas a esta forma de explotación. Partimos siempre del diálogo y la escucha, pero en ningún caso podemos apoyar medidas que favorezcan a proxenetas y explotadores:   

  • La prioridad es acabar con las condiciones que fuerzan a muchas mujeres a ejercer la prostitución y que facilitan, también, que otros las exploten o esclavicen. En este segundo sentido, un pilar es la abolición de la ley de extranjería, imprescindible para acabar con la prostitución, dado que muchas mujeres acceden a entrar en redes de trata para poder migrar a pesar de no tener papeles o se ven abocadas a vivir de la prostitución al no poder acceder a otros trabajos. Además, tanto si las mujeres están en una red como si trabajan por cuenta propia, estar en situación irregular sirve de amenaza continua por parte de las fuerzas policiales.            

  • Exigimos también la derogación de la ley mordaza que facilita la criminalización de las prostitutas que ejercen en la calle.    

  • Como anarcofeministas debemos contribuir a la no estigmatización de las prostitutas, para acabar, en la medida de lo posible, con el miedo a la denuncia debido al rechazo social. El combate contra la estigmatización comienza por escucharnos unas a otras.   

  • Entendemos también que, incluso en las condiciones laborales más óptimas, ésta no debería ser una forma de vida en un sistema patriarcal, puesto que son en su mayoría hombres quienes consumen otros cuerpos y, en su mayoría, mujeres-y niñas- las que los ofrecen.
  • En este sentido, no aceptamos que los puteros sean simples consumidores de un servicio más. El consumo de prostitución se basa en el poder y la propiedad de los hombres sobre las mujeres. El pago por un servicio sexual implica entender el cuerpo de otra como un bien de consumo, como una persona no tenemos que negociar, con la que podemos poner en práctica nuestros deseos sin atender a los suyos. Supone un apuntalamiento de la masculinidad hegemónica, donde el deseo de los hombres se sitúa en la cúspide de las relaciones, independientemente de quien lo ejerza lo haga de forma voluntaria.