Cifras y letras
Con esto de las cifras llevan ya tiempo sin decir ni mu, casi desde el 2006. Incluso cuando han terminado las obras no se sabe muy bien cuánto han costado.
La cosa es que no están terminadas del todo, y que las que lo están de verdad, que son efímeras, hay que tirarlas.
Es lo que decíamos el otro día: hasta ahora han dado la cifra de 200 millones de euros que vale la obra diseñada específicamente para los tres meses, y que terminará en la escombrera. De esto hace un año. Ahí irán a parar todas las fachadas de los pabellones y las pasarelas que los unen, y las plazas temáticas, y las taquillas y sistemas de entrada, y… Total, 200 millones de euros la mar de sostenibles
Ayer se inauguró en el barrio Oliver el primer centro cívico con el que cuenta el barrio. Tiene 5.000 metros cuadrados, en cinco alturas, con ludoteca, aulas y talleres, biblioteca, sala multiusos y un precioso salón de actos; tiene su patio y su entorno ajardinado. Pues bueno, 5 millones de euros. Y ha costado sudor y lágrimas, por no decir sangre, conseguirlo: más de 20 años de rogativas, firmas y manifestaciones de los vecinos.
Pero no es sólo lo que se tira a la basura. Es lo que hay que rehacer. Hace un año los “Cacahutes”, esos mamotretos que ahora son los pabellones de los países, iban a costar 160 millones de euros. Pero a esto hay que añadir lo que cuesta reconvertirlos para poderlos vender.
Tienen que cambiar todas las fachadas, echar dos forjados más para sacar cuatro plantas de las dos actuales, abrir lucernarios. Además tienen que reacondicionar todo el enorme sótano para convertirlo en garaje.
Sólo el cacahute grande, el que da al tercer cinturón, saldrá la obra por otros 200 millones de euros.
Las últimas escuelas infantiles que ha hecho el ayuntamiento han costado: la Almozara, 1,3 mlls.; La Paz, 2,2; Oliver, 2,1, Actur Norte 2,1. Y todas están cerradas por falta de presupuesto.
Luego están el pabellón puente, 65 mlls. por ahora, y la torre del tormento (es una tortura subir hasta arriba, con un zumbido de música…), que costaba 42,9 millones de euros. Decían que se los iban a quedar las Cajas, que pa eso son los amos de esta tierra, pero ahora viendo los zarrios que tienen delante, no saben que partido les van a sacar. Así que ya están diciendo que habían dicho que los tendrían en concesiones a 15 años, que hay que mirar cuánto sale la reconversión y el mantenimiento…
Total, que a los jerarcas de Ibercaja y la Cai se les ha quedado cara de “voluntario” de la expo. Pero, ¡ay!, si algo NO son estos jerarcas, es “voluntarios”. Así que ya pensarán en algo habitual, la típica permuta con el ayuntamiento a cambio de buenos terrenos en cualquier sitio (que eso sí que saben pa qué sirven).
A beber gratis
Por cierto, que el otro día nos dejamos dentro de la expo al Rubén también tuvo que salir por patas, y luego nos contó. Resulta que te dan un vaso “ecológico” por el que te cobran un euro de más que luego te devuelven cuando entregas el vaso. Al principio fue surrealista porque el vaso te lo daban obligatoriamente en todos los kioscos, pero no podías devolverlo y recuperar tu euro más que en dos sitios. Así que la gente o lo devolvía en el acto, o todo el día con el vasico pringoso a cuestas (tampoco hay fuentes para limpiarlo). Esto lo tuvieron que cambiar por las protestas de la peña, y ahora lo puedes devolver en cualquier kiosco.
Pues bueno, debe haber guiris que no se han enterado, o algunos que van sobraos, y tiran el vaso en las papeleras. Así que el Rubén que lo ve y en un rato se saca seis o siete euros y de lo contento que se pone va y se las gasta en cervezas, aunque dice que antes nos estuvo buscando. Lo malo fue que también hay unos polis de la nacional, de los de verdad, que van con unos perros lobo imponentes, que llevaban la misma ruta que Rubén, y que deben husmear las papeleras por si alguno se ha dejado una bomba olvidada. Total que se fijan en él y también tuvo que salir jopando con los perros lobo a todo ladrar, mordiéndole los talones.
Eso le pasa por no invitar. Pero lo dicho, si te cuelas te puedes sacar unos duros para echarte unas cervezas en el barrio.