¡No a la Directiva de la Vergüenza!

Vivimos en una sociedad en la que el racismo se implanta a marchas forzadas, al igual que muchos otros odios infantiles, irracionales y fraticidas. Esto no es nada nuevo, y sin embargo, hasta ahora Estado y Capital, o lo que es lo mismo, Gobierno y empresarios, habían sido capaces de mantener su cara limpia actuando como instigadores en la sombra de este tipo de actitudes, jamás a descubierto. Sin embargo, en lo sucesivo, el señor Presidente del Gobierno no podrá llenarse la boca hablando de tolerancia y diversidad sin que todo aquél que lo escuche recuerde lo que ya ha sido dado en llamar, muy justamente a nuestro entender, Directiva de la Vergüenza.

El pasado miércoles, 18 de junio, era aprobada por el Parlamento Europeo una Directiva referente a la actuación de los países miembros respecto a la inmigración ilegal que reciban, la "Directiva de la Vergüenza" en adelante. Mediante la promulgación de un texto como éste, los Estados que componen la Unión Europea se dan a sí mismos la potestad de maltratar, más si cabe y a su antojo, a los migrantes que lleguen a sus dominios, estableciendo para estas personas una categoría de ilegalidad que los convierte en delincuentes por el sólo hecho de estar presentes. Resulta de una inhumanidad extrema que sean los mismos que van a los países del mal llamado Tercer Mundo a contratar mano de obra ultrabarata y sin derechos para tener más beneficios, los mismos que apoyan gobiernos corruptos que mantienen a estos países en unas condiciones de las que les es imposible salir, los mismos, en definitiva, que se enriquecen a costa del sufrimiento de miles de millones de personas, quienes ahora, cuando estas personas se ven obligadas por un éxodo forzado a huir hacia los "países ricos" pretendan tomar contra ellos medidas que incluso contravienen los Derechos Humanos, que cada día son más pieza de museo que texto efectivo. Según parece, no quieren a los pobres que han generado en sus propias casas, y se emplearán a fondo para que así sea.

Para ello, la promulgación de la Directiva de la Vergüenza permitirá la reclusión forzosa durante hasta un año y medio de los trabajadores migrantes, aun sin haber ninguna sentencia en su contra. A tal efecto, además, está prevista la construcción de "centros de internamiento" específicos para estos casos, algo de lo que las autoridades se jactan diciendo que estas personas no irán a la cárcel. No, no irán a la cárcel. Irán a campos de concentración, ¿les suena de algo? Por si esto fuese poco, la Directiva de la Vergüenza no hará distinciones de edad. No importa que el migrante sea menor, se le podrá deportar igualmente sin que nadie le acompañe, todo para mantener la dulce calma y la seguridad de los parásitos que han dado lugar a todo esto.

Nos están apretando las tuercas, para que durante la crisis que ellos mismos, la Patronal, los grandes capitalistas, han provocado, no pierdan ni un euro de sus preciadas ganancias. Así que pretenden, una vez más, que el pato lo paguemos los trabajadores, no importa dónde hayamos nacido. Para ello han aprobado la semana de 65 horas, y para ello se han sacado de la manga también la Directiva de la Vergüenza. Nos dirán que hay que trabajar más horas porque si no los migrantes nos quitan el trabajo, porque todos no cabemos, y luego nos convencerán de lo buenos que son por expulsar a estas personas, dejándonos seguir tranquilamente con nuestras saludables jornadas de trece horas. Nótese la ironía.

Ante todo esto, y con más fuerza que nunca, es momento de enarbolar la bandera del internacionalismo, de recordar que un trabajador es un compañero tenga la piel negra o blanca, y que el odio no debe ser guiado por la nacionalidad sino por la clase. Siempre tuvimos al enemigo en casa. Por todos estos motivos, la CNT de Zaragoza se suma a la concentración que hay convocada el día 1 de julio en la Plaza de España, a partir de las 20 horas, para protestar contra la triste Directiva de la Vergüenza, y animamos asimismo a todo aquél que lea este texto a sumarse al acto y a cuantos se organicen para frenar esta barbarie.