Hace escasos días, exactamente el 7 de febrero, se cumplía un año del inicio de un conflicto que a día de hoy sigue sin querer resolverse. Y decimos sin «querer» resolverse porque parece que algunas personas pueden incumplir órdenes judiciales sin sufrir para nada ningún tipo de consecuencia.
Hace poco más de un año, se dio uno de tantos y tantos atropellos a los derechos de todos y todas las trabajadoras. Todo ello acrecentado con el hecho de que, por ser mujer, veas que la, por desgracia habitual discriminación y menosprecio con el que se suele tratar a la clase trabajadora, es doblemente agresiva únicamente por razón del sexo. ¿Época medieval? Para nada… Siglo XXI y su concepción de «evolución humana».
Es asombroso no ya ver cómo siempre se machaca a lxs trabajadorxs sino cómo siguen repitiéndose los mismos esquemas de actuación, y al final impunidad, de quienes abusan, explotan y estafan.
El caso de nuestras dos compañeras ha impactado a todo el que ha tenido noticia de él… Porque el descaro y prepotencia del empresario de este negocio no tiene límite. Una de ellas, acudió al sindicato tras haber sido despedida fulminantemente teniendo aún pendiente de cobro varias cantidades con motivo de un trabajo que ella no se retrasó ni un día en realizar. Tras comunicarle que iba a comenzar un tratamiento de fertilidad y que tal vez pudiera darse el caso de que faltase algunas horas al trabajo, éste no lo dudó ni un momento: no podía «andarse con tonterías» como le dijo.
A la otra compañera, la despidió con alevosía (a traición y en su ausencia) mostrando una actitud bastante canalla: al acercarse el inicio de sus vacaciones y ante el descaro de este hombre, que lo único que quiere es pagar cuanto menos mejor y si es a costa de explotar a sus trabajadoras aún mejor, éste le pidió a nuestra compañera que le firmase una baja voluntaria y así no pagarle el mes de vacaciones. Todo ello con la, además, seguridad y confianza que puede darte la palabra de un estafador así cuando te dice que a la vuelta de un mes, volverá a contratarte. Por suerte, la compañera no tenía ningún motivo para fiarse de él pero sí para afirmar que se merecía disfrutar de su mes de vacaciones remuneradas pesase lo que le pesase a este empresario.
A su vuelta de las vacaciones y al acudir a reincorporarse a su puesto de trabajo, se encuentra con que este «señor» le dio de baja nada más iniciar las vacaciones privándola de cualquier opción a pedir la prestación por desempleo por haber expirado el plazo prescriptivo para ello.
Y mientras tanto, así van las cosas: él sigue con su negocio y nuestras dos compañeras en la calle sin trabajo. Él ganando dinero mientras a ellas les adeuda importantes cantidades de dinero.
Desde el primer momento, por parte de CNT se estudió el caso y se acudió al local para intentar conversar y llegar a un acuerdo con este salvaje capitalista. Todos los intentos fueron en vano. No sólo se hizo gala de la prepotencia y mala educación de todos los miembros de la familia empresarial sino que además, se intentó agredir a un compañero, se nos hicieron reportajes fotográficos que bien podrían ocupar los calendarios de los próximos 20 años, se nos acusó de mentirosos y de estafadores y se nos negó la posibilidad de hablar sobre el conflicto laboral. Era además bastante curioso cómo se apelaba por su parte a la justicia y al esclarecimiento de los hechos en un juicio que para ellos iba a demostrar su inocencia, cuando bien callados están ahora cuando esa misma justicia ha dado la razón a nuestras compañeras.
¿Dónde están ahora sus discursos vacíos e insultantes? ¿Dónde está ahora esa razón de la que hablaban? Tal vez en el mismo sitio donde tengan su dinero… Bien escondidito. Y es que a día de hoy, después de más de 6 meses tras dictarse sentencia condenatoria a este empresario del pago de importantes cantidades a las compañeras, sigue sin pagar ni un euro, pero eso sí: con su negocio todos los días abierto.
No dejaremos de acudir a este establecimiento y a pesar de que el dueño ya no esté ahí para recibirnos, ni su hijo ni su mujer (para qué si ya ordenan a sus empleadas a cuidar de un honor que no tienen), lo que más nos interesa es que la gente conozca las «artes» de este sinvergüenza que sin duda nos ha puesto muy fácil la lucha por la causa. Si bien es verdad que después hemos conocido de aún muchas más trabajadoras, proveedores y otras empresas que no han recibido el pago de elevadas cantidades de dinero por prestar un servicio que lxs trabajadorxs, prestamos de forma efectiva sin garantías de que luego se nos reconozca lo que nos merecemos.
El pasado viernes 28, volvimos a las puertas de «El Rey del Jamón» para el que mejor nombre creemos que sería «El Rey del Chorizo». Una persona que ahí se encontraba en la concentración, nos estuvo sacando fotos. Segundos tardó la actual trabajadora del negocio en salir, llamar a la policía, etc. a cuenta de esas fotos. Qué cosas tiene la vida. Poco decía cuando era su jefe el que nos sacaba fotos a nosotros. Poco se alegrará cuando sea a ella a quien le estafe. Poco tarda también la Policía en hacernos sentir su presencia y vigilancia cuando estamos concentrados en las puertas del bar… No entendemos porqué ese control y vigilancia no la recibe las 24 horas del día una persona que ya está judicialmente condenada y aun así desoye a la Justicia y que desde luego sí supone un peligro para la sociedad. Cuánto nos gustaría ver los despliegues policiales que se movilizan por nuestras legítimas acciones movilizándose por quienes atacan, pisotean y se burlan de los derechos de lxs trabajadorxs y en este caso además, de las mujeres.
Por todos los motivos que sabemos nos respaldan desde el primer día con este conflicto, vamos a seguir con esta lucha y vamos a evidenciar ante todos que sean este tipo de personas las que no ven sobre ellos pesar toda la fuerza y peso de la justicia, que sean ellas quienes sigan con trabajo mientras que se creen con derecho a jugar con el trabajo de muchas otras, para las cuales por desgracia, jugar con su trabajo significa jugar con su vida.
¡¡MIGUEL ÁNGEL, PAGA LO QUE DEBES!!