Despues de la restauración de la la monarquia española se implantó en el estado español un modelo de sindicalismo que en lo esencial no variaba mucho del sindicato único del viejo régimen: verticalización en la toma de decisiones y control sobre la masa de afiliados. Así fueron pasando los años y la labor de estos fue la domesticación y criminalización de aquello que oliera a rupturista o revolucionario.
El capitalismo había sido asumido sin traumas ni complejos, y esto se hizo saber dentro de las organizaciones. Cualquier otro modelo sindical, basado en la democracia directa, la asamblea, la autogestión y el rechazo al "soborno" del estado a través de las elecciones sindicales y "los liberados" era desacreditado y tachado de "radical" y hasta de trasnochado.
Había que ser "responsable", "democrático"… y olvidar el pasado. Los derechos laborales de la clase trabajadora fueron paulatinamente subastados a cambio de comodidad y suculentas subvenciones, por los sindicatos CCOO y UGT principalmente.
Las élites sindicales han vivido del cuento y han podido mantener a una nutrida “plantilla” de liberados sindicales y mangantes. Han permitido y fomentado la implantacion de las ETT y los contratos basura, arrogándose además el derecho de firmar convenios vergonzantes a espaldas de los trabajadores-as. A comienzos de los años 90 la situacion mundial comenzó a ir más deprisa, el capitalismo había ganado la guerra fría y ahora había que repartir el botín de los mercados de las antiguas economias del este. Comenzaba lo que conocemos como globalización. Este proceso, que convertía al planeta en un inmenso tablero de monopoly, donde todo era intercambiable, móvil y abstracto, facilitó el fenómeno de la deslocalización industrial. Era sencillo mover las fichas, saquear un país y despues trasladar la producción a otro donde los costes de su economía fuesen menores. Todo esto subvencionado por el propio estado. Cesión de terrenos, dinero a fondo perdido para que instalaran las factorías y un sinfín de prebendas por parte de los gobiernos regionales.
Ahora le toca el turno a General Motors. Después de años de rebajas bien vendidas por los comités de empresa, la dirección presenta una propuesta de reducción salarial y de supresión de tiempos de descanso en la cadena de montaje que constituye una amenaza a los trabajadores-as. El comité de empresa, cuya mayoría corresponde a UGT, y al que tambien pertenecen CCOO ,CGTy OSTA, ha declarado que va a negociar ya que según dicen, si esto no se hace transladaran la fabrica a Polonia. Un engaño más, ya que su intención es negociar los despidos, confundir y dividir a los trabajadores de GM.
Estas reestructuraciones, producto de la globalización, solo se podrán parar si los trabajadores toman conciencia y adoptan luchas unitarias al margen de los comités de empresa, organizándose en asambleas autogestionadas. El modelo de sindicalismo de "buenas intenciones" y pactos a puerta cerrada está agotado. CCOO y UGT han llevado a la clase trabajadora a una situación de empobrecimiento y precariedad laboral tan brutal que en la práctica ha convertido a estos sindicatos en aliados de la burguesía capitalista.
Desde CNT hacemos un llamamiento a la clase trabajadora a la lucha y resistencia contra el capital y sus tácticas globalizadoras. No más rebajas de salarios en GM, no más liberados sinvergüenzas, no más comités de empresa negociando despidos.
Contra el capital, ni un paso atrás.