En cumplimiento con el deber histórico e ineludible de la clase trabajadora de nuestra ciudad, y obedeciendo a nuestros más viscerales sentimientos de solidaridad hacia nuestros iguales y odio a nuestrxs explotadorxs, lxs abnegados militantes de la Confederación Nacional del Trabajo, federada en la Asociación Internacional de lxs Trabajadorxs nos dimos cita el pasado viernes 3 de agosto a las puertas del Infierno Laboral (salvando las siempre odiosas connotaciones religiosas) comunmente llamado "Mercadona" sito en Avda. Madrid para denunciar públicamente una vez más (y las que hagan falta) la política laboral que mantienen esta panda de encorbatadxs sin escrúpulos ni conciencia a lo largo y ancho de Iberia.
Durante una hora y media aproximadamente, informamos mediante panfletos y megáfono en mano a todxs aquellxs que se atrevieron a desafiar al agobiante calor que invadía las calles en aquel momento. Resulta notorio el hecho de que decenas de personas se asomasen a los balcones de sus casas para vernos y escucharnos, y en definitiva para conocer los motivos que impulsan al proletariado zaragozano a apoyar a nuestrxs compañerxs del resto de la Confederación. Además, la noche previa varixs compañerxs recorrieron toda la zona colindante con el supermercado donde tuvo lugar la conenctración, empapelándola con carteles que recordaban a los vecinos el lugar y la hora del ineludible acto de lucha obrera libertaria.
Una vez más, lxs trabajadorxs de la zona mostraron su indignación y asombro ante las prácticas explotadoras de Mercadona, y varixs de ellxs aseguraron que se unirían al boicot que la C. N. T. mantiene contra esa casta de ladrones y chupasangres que dirigen la mencionada cadena de supermercados.
Por último, queremos reseñar también que al parecer Mercadona se ha preocupado por los actos que la C. N. T. ha hecho en su contra, ya que en la prensa local del día siguiente a la concentración que en esta crónica describimos aparecía una noticia aparentemente enviada por ellxs contando el buen trato que esta mafia da, teóricamente, a las mujeres embarazadas (cuando la realidad es bien diferente: de sobras es conocido que a dos compañeras nuestras las han despedido precisamente por quedarse embarazadas).