El pasado viernes 11 de julio, Rosa Pazos, activista transexual de 47 años, fue hallada muerta en su domicilio de Sevilla. Tras someter su cuerpo a la correspondiente autopsia, el Instituto Anatómico Forense emitió un informe en cual se expresaba que Rosa había sido objeto de apuñalamiento. Recientemente, fuentes sin determinar han puesto en entredicho la versión del asesinato.
Los grupos y colectivos firmantes de este manifiesto exigimos con carácter de urgencia:
1- El esclarecimiento de los hechos que rodearon la muerte de Rosa Pazos y ello a la mayor brevedad con el fin de evitar difamaciones sobre las causas asociadas a su muerte así como incrementar el dolor que ya de por sí supone para familiares, amigas/os y compañeras/os de Rosa.
2- La implicación en el caso del Fiscal General del Estado, Sr. Cándido Conde Pumpido con el fin de exigir y agilizar el esclarecimiento de los citados hechos.
3- El tratamiento del proceso bajo las condiciones de máximo respeto a la dignidad de la fallecida y de quiénes le rodean, tanto por parte de las instancias policiales y judiciales involucradas en el proceso como por parte de los medios de comunicación, cuya labor informativa sobre el caso de Rosa hasta el momento ha resultado extremadamente ofensiva y transfóbica tal y como se viene denunciando desde el conocimiento de la noticia. El respeto a la identidad de Rosa y a la intimidad de su persona descarta el sensacionalismo de los medios y el talante discriminatorio con el que hasta la fecha se ha abordado la noticia.
Al mismo tiempo, denunciamos la enorme transfobia que rodeó la vida cotidiana de Rosa, así como el hecho de que se le negara su derecho al cambio de documentación y acceso a la cirugía debido a que nuestro sistema de salud entiende que una persona con un diagnóstico de esquizofrenia o cualquier otra ”enfermedad mental” no puede decidir sobre su cuerpo o su identidad de género. Esa era la denuncia de Rosa y sin duda también la nuestra.
Las transfobias cotidianas que se encuentran en las calles, en las leyes, en los medios de comunicación, etc, son las que impiden a muchas personas acceder a derechos básicos como el acceso al mundo laboral, el respeto a la propia identidad y el derecho a la autodeterminación del propio cuerpo lejos de la tutela psiquiátrica.
Exigimos que la Administración Pública asuma su responsabilidad y trabaje para la integración laboral y social de las personas trans. Exigimos un trabajo serio, a la altura de la gravedad y la importancia de la situación: no queremos más parches, creemos firmemente que la manera de evitar este tipo de situaciones es trabajar directamente desde la raíz del problema y hacerlo sin excusas. No es una propuesta seria ni consecuente aquella que aprueba una “ley de identidad de género” para evitar la discriminación y al mismo tiempo trata de enfermas a quienes manifiestan una identidad de género diferente a la mayoritaria. Diferente, no por ello patológica. Reivindicamos que se trabaje para deconstruir los estereotipos que asocian la identidad trans con lo extraño, lo monstruoso y lo perverso, por destruir todos esos mensajes que generan odio y nos convierten en marginados y marginadas sociales.
Denunciamos una vez más la extrema vulnerabilidad de nuestro colectivo y la más que alarmante frecuencia con la que nos encontramos casos de personas trans muertas en extrañas circunstancias.
La concentración en Zaragoza será a las 19:30 en plaza España