El pasado lunes 18 de noviembre, la CNT volvió a mostrar sin lugar a dudas que la dignidad de los trabajadores y sus derechos no se pueden pisotear sin recibir una respuesta adecuada, eso significa denunciar publica y legalmente estas actitudes caciquiles, tan habituales para la mayor parte de los trabajadores/as.
El día no pintaba nada bien al principio y no solo por la incesante lluvia que nos acompañó a lo largo de la protesta, sino por la actitud del cacique de turno al negarse a dar a nuestro compañero el finiquito correspondiente, ni ese delincuente ni las inclemencias atmosféricas detendrán la lucha obrera, lucha necesaria y legitima, ya que la única vía posible para acabar con los males que azotan a la clase trabajadora pasa por la organización y la lucha. Una vez reunidos los compañeros en las inmediaciones de la empresa explotadora, se acercó el delincuente que la regenta con la intención de hablar con el sindicato, algo que anteriormente negó en diversas ocasiones a petición del trabajador represaliado. Así pues, hasta el refugio donde se ubica ese personaje lo acompañaron el trabajador represaliado y un compañero más del sindicato, tras mantener una discusión absurda con la dirección de la empresa pretendiendo quedar ellos como las víctimas, y negar cualquier posibilidad de solventar este conflicto con la única vía posible, la readmisión, se acordó dar por terminada la reunión informando al explotador que en ese mismo momento se abría conflicto con la CNT. La reacción del mismo fue restar importancia al aviso, y por parte de CNT nos dirigimos hacía la plaza del municipio, con la intención de informar que clase de patrón gestiona una de las empresas más relevantes de la economía local, donde se permite la agresión a un hijo del pueblo, tal y como ocurre con el compañero.
Ante la sorpresa de los vecinos desplegamos nuestras banderas y la pancarta como es habitual en estos casos, y mediante consignas gritadas y las octavillas dadas, la gente del municipio fue informada, muchos de ellos lamentaban el día tan malo que nos hizo, lo cual les dificultó el mostrar su apoyo de una forma más contundente. La Guardia Civil no tardó en llegar, ejerciendo su papel de piquete patronal como es la tónica habitual, y es que vienen a controlar a quienes denuncian la vulneración por ejercer algún derecho fundamental. Posteriormente hizo aparición Martinez “El Facha”, montado en su coche para ver que era lo que ocurría en la plaza, recordando aquellas viejas escenas donde el terrateniente de turno montado en su calesa observaba con aparente desdén las reclamaciones del pueblo llano. No en vano, por el mismo motivo no tuvimos reparo en abandonar la plaza para desplazarnos frente a la empresa conservera, para que pudiera oír con claridad todo lo que teníamos que decir, eso despertó cierta curiosidad en la plantilla que desde distintas puertas observaban lo que allí ocurría, hasta que sonó la sirena estuvimos esperando para repartir las octavillas que con gusto recibían excepto por aquellos que su ignorancia les hace creer que algún día heredarán, las miserias de esta corrupta patronal.