¡LUCHA POR UNAS PENSIONES DIGNAS PARA TOD@S!
POR EL REPARTO DEL TRABAJO Y DE LA RIQUEZA.
Las pensiones públicas, la aritmética de la solidaridad.
Que una sociedad cubra dignamente las necesidades de las personas que, por edad o por enfermedad, no pueden ni deben trabajar es una de las mejores muestras de su nivel de civilización. De manera que viendo cómo evoluciona en el tiempo el sistema de pensiones nos podemos hacer una idea de si la sociedad mejora o se degrada.
En el debate de qué sistema de pensiones queremos, como en el de qué educación o qué sanidad pretendemos, se muestra el tipo de sociedad a la que aspiramos. O se toma el camino del “tanto tienes tanto vales”, o se opta por el apoyo mutuo y la solidaridad.
Pero la reforma continua que sufre el sistema de pensiones en las últimas décadas no se ha justificado con razones ideológicas (que las hay en la desregulación económica y la precarización en las rentas salariales: axiomas neoliberales). Bien al contrario, los sucesivos recortes a los que se han sometido las pensiones han venido envueltos en ropajes contables y aritméticos, como si la manera de hacer las cuentas no influyera en el bienestar o el sufrimiento de la gente. La nueva reforma viene avalada por un perverso“grupo de expertos”, pertenecientes al sector económico-financiero, toda una declaración de intereses de esta élite corporativa.
Qué se nos dice…
La sociedad envejece: La evolución de las tasas de natalidad y mortalidad hará que aumente la población de más edad en el conjunto de la población, nacen pocas personas y se vive más tiempo. O sea, habrá más personas jubiladas para cobrar y menos personas trabajando para cotizar.
La vejez se alarga: La esperanza de vida aumenta de modo que el número de años que una persona vive desde que se jubila es mayor y por tanto está más años cobrando la pensión.
Las cuentas públicas sanas: La Caja de la Pensiones debe equilibrarse, no se puede gastar más que lo que entra.
No se pueden aumentar las cotizaciones sociales: Las cotizaciones sociales encarecen los productos que venden las empresas y encarecen la mano de obra a las empresas. Para ganar competitividad hay que reducir las cotizaciones sociales y para que aumente el empleo hay que abaratar los costes que tienen las empresas al contratar.
Qué no se nos dice…
Decir que hay pocos cotizantes para muchos pensionistas es tergiversar la realidad cuando tenemos seis millones de parados en el estado español, más de ciento treinta mil personas en Aragón y quince mil en el Alto Aragón, y, además, damos con la puerta en las narices a personas inmigrantes que pueden contribuir a enriquecer (en todos los sentido) la sociedad.
El número de años que una persona cobra la pensión frente al número de años que ha estado trabajando influye en los ingresos y en los gastos de la Seguridad Social, pero también influye en los ingresos y gastos del sistema de pensiones el trabajo precario fomentado por las reformas laborales, el paro juvenil y la tardanza en incorporarse al trabajo de los jóvenes, el nivel de los salarios, la distribución de la riqueza entre el trabajador y la empresa y la economía sumergida.
Los aumentos de productividad también pueden influir en los ingresos y gastos del sistema público de pensiones. Para ello el aumento de lo que se produce debe incrementar los salarios y las cotizaciones sociales y no solo los beneficios empresariales.
Las cuentas deben estar equilibradas. ¿Pero, por qué al derecho a unas pensiones dignas se le exige un equilibrio entre cotizantes y pensionistas, que a otras partidas del Estado no se le pide? ¿En el Ministerio de Defensa los ingresos que proporciona al Estado son iguales a los gastos que ocasiona? ¿Y los ingresos que aporta a las arcas públicas la Casa Real son similares a los gastos que origina al Estado? ¿El derecho a la justicia del ciudadano está sometido a que los ingresos de los tribunales sean similares a sus gastos?
Si las cotizaciones no se pueden aumentar, las cuentas de la Caja de las Pensiones han de estar equilibradas y a la gente le ha dado por vivir más tiempo, la cuadratura del círculo es evidente… El Estado ha de gastar menos en pensiones.
Qué recortes hacen…
Aumentan la edad de jubilación, así se cotizan más años y se cobran menos.
Se amplía el período de cómputo para calcular la pensión inicial, al retroceder más años en esos cálculos se aminora la cuantía de la pensión.
Se exigen más años de cotización para poder tener derecho a la pensión. Así se pone una barrera de entrada a nuevos pensionistas. Esta barrera es especialmente grave cuando sufrimos tasas de desempleo juvenil tan altas y cuando venimos de las cifras de empleo precario y clandestino más altas de Europa.
Se aumenta el número años necesarios para tener derecho a la totalidad de la pensión.
Y qué proponen ahora sus “expertos”…
Dicen que como la gente vive cada vez más tiempo hay que garantizar la equidad entre las diferentes generaciones de pensionistas. Por lo tanto, si cobras una pensión durante más años ésta ha de ser más pequeña para que, en total, no hayas cobrado más que aquel que vivió menos. A esta manera de reducir las pensiones futuras le llaman el Factor de Equidad Intergeneracional. Proponen, por tanto, que a mayor esperanza de vida menor pensión. Con las actuales previsiones de esperanza de vida, para el 2050 se habrían reducido las pensiones, solo por esta razón, en un 20 %.Sobre la subida anual de las pensiones, proponen que el objetivo prioritario no sea el mantenimiento de la capacidad adquisitiva de los pensionistas a través de subidas similares a la subida de los precios. Ahora el objetivo es que el ingreso de la Caja de la Seguridad Social sea igual al gasto en pensiones. Y se inventan un método para subir o bajar las pensiones: el Factor de Revalorización Anual. Las pensiones subirían o bajarían teniendo en cuenta el aumento de pensionistas, el aumento de la cuantía de las pensiones en su conjunto y el superávit o el déficit de la caja de pensiones en el año anterior. Es decir, si aumenta los gastos de la seguridad social más que los ingresos las pensiones deben bajar. A estas dos cosas es a lo que han denominado el Factor de Sostenibilidad.
También dicen que desde el Estado se deben apoyar y fomentar los sistemas privados de pensiones para que los ciudadanos (que puedan según sus ingresos) obtengan una pensión complementaria a la pública.
Y qué decimos nosotr@s…
El derecho a una pensión depende de la capacidad que una colectividad humana tiene para generar una riqueza y distribuirla de manera justa. Se trata de razonar justamente al revés: los seres humanos que ya no trabajan, por edad o por enfermedad, tienen unas necesidades que colectivamente se han de cubrir con unas pensiones dignas y suficientes. Esas pensiones se han de financiar con las contribuciones e impuestos que la colectividad recauda bajo el principio “de cada cual según sus posibilidades, a cada cual según sus necesidades”. O sea, con un sistema de recaudación, ya sean cotizaciones sociales ya sean otro tipo de tributos, progresivo (se paga una proporción mayor mientras más se tiene o se cobra).
Las pensiones, junto a la sanidad y la educación públicas y el apoyo a la dependencia deben estar en el primer lugar entre los gastos de la colectividad.
Los sistemas privados de pensiones no deben tener ningún apoyo público.
Estas medidas que suponen repartir la riqueza que la colectividad produce, deben ir parejas a medidas para el reparto del tiempo de trabajo y de reducción del paro. En definitiva trabajar menos para trabajar todos y todas.
Los sucesivos recortes llevados a cabo en las últimas décadas por gobiernos de uno u otro signo, en el sistema público de pensiones, en las prestaciones por desempleo, en materia de derechos laborales (reformas laborales), en los sistemas públicos de educación y sanidad ponen de manifiesto que el estado no es el mejor garante de los derechos y conquistas sociales que la lucha social ha proporcionado a una sociedad y que por el contrario actúa al servicio de la élite económica de la sociedad.
Estamos ante un problema global, ya que la generación de empleo de baja calidad, promovido desde el neoliberalismo, pretende hacer inviable el sistema de pensiones, provocando una huida hacia los planes privados. Todo esto profundiza aún más en la brecha entre las clases sociales, sean pensionistas o trabajadores.
Para los sindicatos que participan en el “Bloque Crítico” (CGT, CNT, HUSTE y SOA), por tanto, el reto es doble, frenar el ataque del capital privado contra los derechos sociales y servicios públicos, avanzando en la conquista de nuevos derechos, a la vez que se gana terreno en el control social de los sistemas públicos de protección social apostando por su democratización y autogestión por parte de los propios trabajadores, usuarios y la colectividad en general.
La lucha social permanente es la mejor garantía de avanzar en ambos sentidos.
¡Organízate y lucha!
¡ACUDE A LA CONCENTRACIÓN CONVOCADA EL 6 DE NOVIEMBRE, A LAS 19:30 HORAS, EN LA PLAZA DE NAVARRA DE HUESCA, EN DEFENSA DE UNAS PENSIONES DIGNAS PARA TOD@S!
CONVOCAN :CGT — CNT — HUSTE — SOA-STA