El 1 de mayo el Ayuntamiento de Huesca impidió el uso del famoso Monumento de Las Pajaritas de Ramón Acín alegando motivos turísticos.
Este pasado 1 de Mayo, la manifestación del día del trabajador en Huesca volvió a poner sobre la mesa la tensión entre las necesidades reales de la ciudadanía y las prioridades impuestas por las instituciones. Desde CNT denunciamos que se impidió la celebración del acto final en el monumento de Las Pajaritas, un espacio cargado de significado histórico y simbólico para los movimientos sociales antifascistas de la ciudad.
El monumento fue diseñado por Ramón Acín, conocido profesor, dibujante y militante anarquista de Huesca, como un regalo para los niños y niñas de la ciudad, para el disfrute de sus gentes. Su obra no solo es un símbolo artístico, sino también un recordatorio de una forma de entender la vida, la educación y la ciudad desde la justicia social y la libertad.
La decisión del Ayuntamiento de Huesca de denegar el uso de las Pajaritas alegando motivos estéticos y turísticos no es casual. Forma parte de una estrategia más amplia de vaciamiento ideológico y privatización del espacio público, que convierte en postales y souvenirs lo que un día fueron lugares de encuentro, memoria y lucha. Frente a esto, las voces que se alzaron en la manifestación recordaron que la ciudad no es un decorado, sino un territorio en disputa, y que la organización popular seguirá reclamando su lugar.
RamónAcín fue fusilado por el fascismo. Su compañera, Concha Monrás, también fue asesinada días después. Ambos, como cientos de oscenses en ese agosto de 1936, murieron asesinados por sus ideas de libertad. Hoy, 2025, Impedir el uso de las Pajaritas el 1 de mayo es un insulto y una falta de respeto a su memoria.

Reproducimos a continuación el comunicado leído hoy en el Monumento de las Pajaritas:
[COMUNICADO LEIDO EN EL MONUMENTO DE LAS PAJARITAS DURANTE LA MANIFESTACIÓN DEL 1 DE MAYO]Como muchos otros años, hoy nuestra manifestación del 1 de Mayo debería haber terminado aquí, en Las Pajaritas, en este precioso espacio que uno de nuestros padres ideológicos diseñó. Una vez más, este espacio se habría llenado de vida, de gentes repitiendo las mismas conversaciones, los mismos debates que fueron el germen de la revolución más bonita que ha conocido nuestra región. Niños/as, jóvenes y ancianos/as compartiendo tiempo juntas y soñando con una sociedad futura mejor.
Pero esos ecos anarquistas no resonarán aquí hoy por culpa del Ayuntamiento de Huesca. Hace unas semanas se nos denegó el uso de este espacio alegando que es un monumento histórico de la ciudad y que, si montasen un escenario, este afearía las fotos que la turistada viene a hacerle. De esta manera, el Ayuntamiento nos está dejando claro que su orden de prioridades pone primero el turismo y después a la ciudadanía. Que su objetivo no es hacer de esta ciudad un hogar para sus gentes sino más bien una fábrica de dinero para unos pocos.
Este es también un ejemplo más de cómo el capitalismo devora nuestros símbolos para convertirlos en bienes de consumo. De que nada escapa de su lógica mercantilista que los vacía de mensaje para llenarse los bolsillos exhibiéndolos como meras atracciones de feria.
Antes de que continuemos hacia nuestro nuevo destino, queríamos dejar un par de preguntas para reflexionar en el camino: ¿Qué habría pensado Ramón Acín hace casi 100 años si le hubieran dicho que el paseo que acababa de diseñar no sería para nosotras, las gentes de Huesca? ¿Qué opinaría de que su monumento a la infancia fuese hecho prisionero por el ayuntamiento y vendido de esta forma a los turistas?
