El pasado día 11, como todos los viernes desde que iniciamos el conflicto con Dibus, volvimos a acercarnos a la tienda de este cacique para exigir la readmisión de nuestro compañero.
El despliegue policial fue desproporcionado, algo a lo que por desgracia ya estamos acostumbrados. La policía nos identificó y grabó con una cámara de video uno a uno, pero no impidieron que repartieramos panfletos o informáramos a la gente que por allí pasaba.
Cual fue nuestra sorpresa cuando nos encontramos a parte de la plantilla de Dibus al otro lado del escaparate como muestra de apoyo al empresario . Algunos incluso nos grabaron con sus cámaras de video y de fotos haciendo el trabajo sucio del cacique. Esta actitud pone de manifiesto la escasa conciencia obrera que tienen en esta empresa; nos parece lamentable, pero que no piensen que vamos a dejar de solidarizarnos con Carlos. Muy lejos estamos de eso. Esperamos que algún día comprendan el signifado de las palabras compañerismo y solidaridad.
La concentración terminó a las 20 horas sin incidentes. La lucha continúa.