Sobre los actos programados "Evasiones: Senderos de libertad" convocados para los días 26,27 y 28 de octubre en el barrio de Torrero, la CNT expresa su más enérgico rechazo a la utilización de los muertos con fines partidistas o de promoción personal y denuncia a las asociaciones organizadoras, inmorales y oportunistas en su pretensión, al promover un "Acto de homenajear a los libetarios" sin el consentimiento ni la aprobación de los libertarios, esto es, de la CNT, organización a la que pertenecieron los homenajeados y que luchó en el 36, y antes aún, desde 1910, en defensa de los trabajadores y por la Revolución Social.
Desde la legitimidad histórica, la CNT hace pública su repugnancia por la instrumentalización de la mernoria a la que son capaces algunos, con tal de hacerse a foto en su afán de notoriedad, sin importarles patear los libros de historia ni pasar por encima de los muertos, en busca de oscura rentabilidad política.
Consideramos que evocar las luchas de la CNT y el ML en Torrero "entre octubre de 1936 y mitad de enero de l937" refiriéndose a ellas como un simple "grupo de guerrilleros libertarios anónimos", "Unas personas","estas personas", sólo son eufemismos para ocultar su pertenencia a la CNT, que tan heroicamente se batió contra el fascismo.
Las organizaciones convocantes con su sectarismo insultante, disfrazado esta vez "en colores rojo y negro", pretenden ningunearnos, no les importa la falta de rigor histórico, la razón que les empuja es desfigurar. manipular la historia pala adaptarla a sus intereses, denigrar y dar por muerta y enterrada la CNT, diluir las ideas anarquistas y en el colmo del disparate, arrogarse en herederos morales de aquellos hombres y rnujeres que dieron su vida durante la Revolución Española y que nada tienen que ver con ellos, insignificantes políticos de barrio de la izquierda institucional o aspirantes a serlo.
La realización y colocación de una placa homenaje a Joaguín Ascaso para añadirlo a la lista de "ilustres" que adornan nuestras plazas y calles, entiéndase la ironía, roza el insulto, son miles los compañeros y compañeras merecedores y merecedoras de placas de homenaje, pero como anarquistas preferimos la sencillez y el anonimato, somos iconoclastas y odiamos el culto a la personalidad, y nos rebela la distinción elitista, que encima de una peana, eleva al "insigne" sobre el común de los mortales en un plano de superioridad, frente a ello oponemos a obra colectiva de la Revolución.
Si al menos la placa hiciera mención a la CNT o a la FAI, organizaciones a las que perteneció Joaquín Ascaso antes, durante y después del periodo 1936- 39, el homenaje se haría extensivo, y eso quizás complaciera al propio Joaquín, pero no es el caso.
Por último referirse a Joaquín Ascaso como "Libertario y presidente del Consejo de Aragón", aúnconsiderando las antinomias de Proudhon, no es justo, no es nada objetivo y es muy molesto para la CNT, su organización, es comparable a decir Federica Montseny, libertaria y ministra de sanidad de la II República, o Cipriano Mera, libertario y general del ejercito republicano, inaceptable como resumen de toda una vida desde un punto de vista libertario… en aquel momento excepcional, nuestra organización hizo grandes sacrificios por responsabilidad histórica y tomo decisiones circunstanciales que luego asumió de forma autocrítica a la vista de los acontecimientos para seguir adelante.
El "Acto homenaje a los libertarios. En el cementerio de Torrero", sólo podemos tomarlo como una burla, por todo lo expuesto anteriormente y además considerando que ése está promovido por algunos de los herederos ideológicos de aquellos, que como Líster en 1931, más encarnizadamente persiguieron a los libertarios, destruyendo las colectividades y encarcelando y asesinando anarquistas (Joaquín Ascaso después de 42 días de cárcel tuvo que huir de España por la persecución stalinista por ejemplo), y calificamos ia convocatoria de sarcasmo, haciendo pública nuestra protesta. Agradeceríamos una rectificación y una disculpa por parte de las asociaciones organizadoras y colaboradoras.
Salud y Anarquía