Según estadísticas del Instituto Aragonés de Salud Laboral los accidentes laborales no han disminuido con respecto a los datos comparados de los años 2005 y 2006 en el período de enero a septiembre donde el número de accidentes laborales totales ha pasado de 1.452 en 2005 a 1.483 en 2006, cantidad a la que habría que sumar los numerosos accidentes que los empresarios ocultan.
Este último mes de octubre han fallecido en Teruel dos trabajadores mientras trabajaban en sus tajos. Son dos víctimas de la precariedad laboral que no cesa y sobre cuyas vidas se impone la competitividad del libre mercado adornada por el teatro de los mal llamados «agentes sociales».
Los empresarios tienen claro por donde aumentan sus beneficios, mientras tanto, la Inspección de Trabajo, la «justicia» y los sindicatos menos minoritarios siguen el juego a la patronal. La misma patronal tiene bien claro por donde ahorrar costes. Unos salarios de risa y las medidas de seguridad laboral son los primeros factores por donde la clase empresarial aumenta sus beneficios. Beneficios que aumentan a pesar de la nula preocupación sobre la seguridad de los trabajadores sobre cuyo sudor y sangre amasan fortunas.
Mientras tanto la responsabilidad de estas muertes se achaca en muchos casos a las propias víctimas ya que «no se quieren poner el arnés» o «fue un fallo humano«. En otros casos son los jueces, legisladores, inspectores de trabajo y sindicatos oficiales los que han conformado y participan en un entramado que fomenta, tras sucesivas reformas laborales, los contratos basura donde la responsabilidad «se pierde» en un mar de subcontratas, destajos y Empresas de Trabajo Temporal.
Desde CNT nos solidarizamos con el dolor de las familias y amigos de Roberto y Vicente y condenamos la muerte de estas víctimas de la precariedad laboral, apuntando claramente hacia los responsables directos de esta penosa situación laboral. De la misma manera anunciamos que estamos valorando el comienzo de una campaña contra los responsables de estas muertes.
Basta ya de terrorismo patronal.