Este 1 de Mayo hemos preparado junto con CGT-Huesca una serie de actos que comenzaran unos días antes, culminando el primero de mayo con una MANIFESTACIÓN a las 11h desde la Plaza Zaragoza para continuar desde las 13:30h en las Pajaritas del Parque Miguel Servet con teatro y conciertos.
Los actos comenzarán el viernes 26 de abril a las 19h (Las Pajaritas. Parque Miguel Servet) con una charla sobre “Negociación colectiva con perspectiva de género” con Eva Peña de la Secretaría Confederal de CNT.
Continuarán con dos proyecciones de Cine a la Fresca en la Plaza general Alsina el lunes 29 de abril y el martes 30 de abril (ambas a las 22h)
Y Finalizarán con los actos del 1ºde mayo:
- MANIFESTACIÓN: 11h en Plaza Zaragoza. “Sindicalismo con Orgullo. Unidas en el trabajo. Comprometidos con el futuro”
- Teatro + Conciertos en las Pajaritas (Parque Miguel Servet). Desde las 13:30h con comida de alforja.
En la OBRA DE TEATRO participaran Sandra Lanuza y Vic Crespo y en el CONCIERTO actuarán:
A. Matraka, Viki Lafuente, Manu Haller, Zorro Negro, Inquina y Rural Pogo DJ
Os animamos a acudir a los actos convocados. Este es nuestro día. Es el día de la clase trabajadora.
VIVA EL PRIMERO DE MAYO ¡¡VIVA LA LUCHA DE LA CLASE OBRERA!!
SINDICALISMO, LA MEJOR HERRAMIENTA EN NUESTRAS MANOS
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MANIFIESTO DE CNT-HUESCA / 1 de mayo 2024
Este 1 de mayo, como los anteriores, saldremos a la calle a “celebrar el día internacional de los y las trabajadoras”. Pero… ¿qué celebramos? ¿acaso la clase trabajadora está consiguiendo alguna victoria?
No toca explicar ahora el origen revolucionario de este día, pues demasiadas veces se ha apelado ya a este reclamo para tratar de despertar la conciencia colectiva, contando su historia y hablando del sacrificio y del compromiso de las personas que lucharon y murieron en el pasado para que ahora podamos vivir mejor.
Tampoco toca hoy dirigir la atención hacia CCOO, UGT o CSIF – los mal llamados sindicatos y mal llamados mayoritarios -, pues han sido infinitas las veces en que han demostrado ya que son magníficas herramientas del Estado y del Capital, perfectamente útiles para mantener la paz social y perpetuar la explotación laboral en nombre de la concordia y la preservación de la economía capitalista.
Hoy toca hablar de nosotros y nosotras, de la verdadera clase trabajadora. Pero, por desgracia, toca empezar con palabras de dolor y vergüenza. Vergüenza porque estamos viviendo la decadencia de nuestra sociedad, y la estamos viviendo de forma pasiva y expectante como “el silencio de los corderos”. Somos testigos del retroceso continuo de derechos y libertades, de todas y cada una de las conquistas que se hicieron en el pasado. Actualmente, observamos impotentes el aumento de los precios de las necesidades básicas, el empeoramiento sistemático de nuestras condiciones laborales y de vida, el desmantelamiento de nuestro sistema sanitario, de la educación y de las pensiones, el “problema” de la vivienda, el deterioro del planeta, la manipulación en los medios de comunicación, la corrupción y la usura en el deporte, el arte, la cultura, el ocio, etc. Definitivamente, no queda prácticamente nadie que no sea consciente de las consecuencias del sistema capitalista al detalle, que de la mano del Estado sigue infectando todas las áreas y rincones de nuestra sociedad.
Y esto es así gobierne quien gobierne: la última reforma laboral, supuesto adalid en pos de la contratación indefinida y la estabilidad laboral, eliminó únicamente los contratos de obra y servicio dejando subsistir los de circunstancias de la producción y desembocando, en la práctica, en un uso abusivo y fraudulento de los contratos fijos discontinuos, estableciéndose períodos de actividad e inactividad “según necesidades de la empresa” y dejando a las plantillas a la espera de llamamientos aleatorios inconciliables y todavía más expuestas a despidos arbitrarios. Obviamente, el factor explicativo de la temporalidad, que son las indemnizaciones por despido, quedó indemne tras esta reforma y probablemente de las que están por llegar. De la derecha conservadora o liberal cabe esperar este tipo de medidas, anunciadas a bombo y platillo en los medios, que no son más que estafas a favor de la patronal. Pero ¿cabe esperar, como clase trabajadora, algo muy diferente de partidos supuestamente de izquierdas, como el que acaba de llevar al Congreso una propuesta para que ciertos sindicatos participen en los consejos de administración de las empresas? ¿Qué suponen este tipo de medidas, y la voluntad política que hay detrás, para la confrontación que los sindicatos combativos intentamos plantear día a día para ganar en la correlación de fuerzas y arrancar conquistas que de verdad favorezcan a toda la clase obrera?
Este binomio capitalismo – Estado no solo ha infectado lo material: nuestra alienación ética e intelectual ha llegado a tal punto que callamos incluso ante masacres y genocidios televisados como el que se perpetúa contra el pueblo palestino, mientras rechazamos y señalamos al vecino o a la migrante como culpables de nuestros problemas. Decía un histórico compañero: “el pueblo no ve y no conoce los verdaderos orígenes de su miseria, y a menudo odia únicamente la manifestación de la causa y no la causa misma, así como un perro puede morder el palo con el que un hombre le pega, pero no al hombre mismo”.
Este 1 de Mayo nos toca preguntarnos ¿cómo hemos llegado a esta situación? ¿por qué nos hemos dejado pisotear la dignidad de esta manera? ¿Aún podemos hacer algo?
Nosotras y nosotros pensamos que sí. Pensamos que hay que recuperar la valentía y la conciencia de clase. Debemos buscar la raíz de nuestros problemas para darnos cuenta de que nos unen más cosas de las que nos separan. Si aunamos nuestras fuerzas y dirigimos nuestras luchas en la misma dirección, podremos hacer frente a los problemas materiales y sociales que padece nuestra clase: organicémonos en nuestros centros de trabajo, donde pasamos buena parte de nuestra vida, y creemos estructuras horizontales que sean el germen de la sociedad por la que también peleamos fuera de ellos. Frente al modelo del comité de empresa, que a través de las elecciones sindicales fomenta la delegación y aleja la solución de los problemas laborales de quienes verdaderamente los padecen, la CNT propone las secciones sindicales, que son la proyección de los valores del apoyo mutuo, la solidaridad y la acción directa en las empresas. Lejos de representar una utopía, las secciones sindicales son una herramienta que día a día nos demuestra que el mejor camino para imponer condiciones laborales dignas a la minoría explotadora es no delegar en otros lo que es cosa de todas: el sindicalismo.
Podemos dejar de ser espectadores y pasar a la acción. Salgamos del letargo y recuperemos nuestra vida, recuperemos nuestra dignidad. Nos necesitamos a todos y a todas. Compañeros y compañeras de la clase obrera, nativa o extranjera, hombres y mujeres ¡Organicémonos! ¡Afiliémonos a sindicatos combativos! Y preparémonos para la dura batalla, porque haremos resurgir de nuevo el espíritu de resistencia. No es tarde para luchar por nuestra sociedad.
¡¡QUE VIVA EL PRIMERO DE MAYO!! ¡¡QUE VIVA LA LUCHA DE LA CLASE OBRERA!!